La Placa Pioneer

La Pioneer 10 es una sonda espacial lanzada en Cabo Cañaveral en el año 1972. Su objetivo era explorar los planetas gigantes: Júpiter y Saturno.
Fue la primera sonda en atravesar el cinturón de asteroides y llegar hasta Júpiter, logrando del mismo unas excelentes imágenes y mediciones de su superficie.
Once años después se conviritó en el primer aparato humano en salir del Sistema Solar, al atravesar la órbita de Neptuno (el planeta más alejado del Sol).

Pero si por algo es conocida la sonda Pioneer 10 es por tener unas inscripciones destinadas a una posible civilización inteligente extraterrestre: la Placa Pioneer.


La placa es de aluminio anodizado al oro y de un tamaño menor que un folio. Fue diseñada por el conocido astrofísico Carl Sagan, Linda Salzman (su mujer) y Frank Drake, astrónomo pionero en la búsqueda de emisiones de radio de civilizaciones extraterrestres.

El mensaje contiene varios dibujos y símbolos:
Está representada la molécula de hidrógeno, para que los extraterrestres se den cuenta de que sabemos cuál es el átomo más abundante del universo.
También está representado el sistema solar, con una flecha que indica la trayectoria seguida por la Pioneer desde el tercer planeta, la Tierra (el nuestro).
También incluye un mapa galáctico donde damos la situación del Sol con relación a catorce púlsares. Se escogieron estas estrellas porque, vistas en la dirección apropiada, se comportan como un faro que se enciende y se apaga a un ritmo extremadamente regular. En realidad, son tan precisos que su periodo de encendido y apagado constituye, por sí solo, la huella dactilar del púlsar.

Pero lo que será sin duda más llamativo para los supuestos extraterrestres que descubran la placa es el dibujo de dos figuras. Representan a un hombre y a una mujer totalmente desnudos y colocados junto a una representación de la sonda espacial, para que se hagan una idea de nuestro tamaño. Ambos están de pie y el hombre lleva levantada la mano derecha saludando al estilo terrícola.

La polémica estalló de inmediato: para los puritanos la imagen era pornográfica al presentarlos tal y como vinieron al mundo; para las feministas la imagen era sexista pues era el hombre quien llevaba la voz cantante y la mujer desempeñaba un papel totalmente pasivo; para los agoreros era un tremendo error revelar la situación de nuestro planeta en la galaxia.
A pesar de las críticas, las sondas partieron con el mensaje.

En 1997 se perdió definitivamente el contacto con la sonda y ahora andará en algún lugar entre la Tierra y Aldebarán (constelación Tauro). Su prima-hermana Pioneer 11 le siguió al poco (llevando también la placa Pioneer) y de ella tampoco se tienen ya noticias. Ambas sufrieron algunas anomalías en su trayectoria que han hecho las delicias de los amantes de lo misterioso.

En cualquier caso la humanidad escribió un mensaje, lo metió en una botella y lanzó ésta a la inmensidad.
Tratándose del ser humano, no está nada mal.

Fuentes:
La Pioneer 10.
La historia de la Pioneer 10.
Mensaje en una botella.