(…) siempre tengo un botón ENVIAR a mi alcance. De hecho, envío al día cantidades ingentes de información sin ni siquiera pulsar ese botón. Cada vez es más fácil. Pero esto para mí se ha convertido en un problema: la velocidad de mi cerebro para pensar es más lenta que la velocidad de la red para compartir mis pensamientos.
Y de repente me he dado cuenta de que comparto información por el mero hecho de compartirla. (…)
Leído en blogoff, en el artículo: El hombre que pensaba a tiempo real, provocado por el anuncio de la nueva herramienta «social» de Google, Google Buzz.