Como los grandes héroes del celuloide, James Cameron ha aparecido cuando más lo necesitaba Hollywood. Nadie veía salida a esta última década de remakes, adaptaciones de comics, versiones de largometrajes orientales, segundas y terceras partes e incluso segundas partes de remakes de adaptaciones de comics.
Doce años después de «Titanic» James Cameron vuelve con un largometraje, «Avatar«, que promete revolucionar el cine de entretenimiento como ya hiciera con Terminator, Aliens, Abyss y Terminator II.
La Tecnología
Cuando decimos revolucionar puede parecer que estamos exagerando, pero no es el caso.
En diciembre de 2006, Cameron explicó que la demora en la producción de la película (16 años, desde 1990) había sido debida a que no existía una tecnología suficientemente avanzada para crear su proyecto.
Actualmente en «Avatar» se está utilizando un sistema de rodaje tridimensional llamado Reality Camera System (RCS) cuya patente poseen el propio Cameron y Vince Pace.
El RCS consta de dos cámaras de alta definición y una cámara convencional. A diferencia de los anteriores sistemas de capturas, donde el entorno digital es añadido posteriormente, Cameron ha conseguido que la nueva cámara virtual le permita observar directamente en un monitor cómo los actores interactúan con el mundo digital en tiempo real y así, ajustar y dirigir las escenas como si se tratara de acción en vivo.
El cineasta pretende recrear en 3D todo un ecosistema, habitado por alienígenas con una civilización propia. Para diseñar esta cultura extraterrestre Cameron formó un equipo académico encabezado por Paul Frommer, filólogo y director del Center for Management Communication en la Universidad del Sur de California, con el que espera lograr un realismo en la ambientación nunca visto hasta ahora.
Una vez filmadas las escenas se enviarán a Weta Digital, la empresa de efectos visuales de Peter Jackson, donde transformarán personajes y escenarios en imágenes realistas en 3D.
El director describió la película como un híbrido entre acción en vivo en combinación con imagenes generadas por computadora y un entorno de personajes vivos. «Lo ideal sería que al final el público no tenga ni idea de que está viendo» dijo Cameron.
La película
Jake Sully es un veterano de guerra que ha quedado parapléjico. En medio de su desesperación, es trasladado al planeta Pandora, habitado por los Na’vi, una raza humanoide con la que los terrestres no mantienen buenas relaciones. Sin embargo, Sully no llega a ese lugar con su identidad terrestre; en realidad, han proyectado a un avatar. Transformado en un extraterrestre alto y de piel azulada, Sully debe integrarse en la cultura de los Na’vi.
Los que vieron el 21 de agosto el avance de 15 minutos de la película dicen que el trailer no le hace ninguna justicia, pero es lo único que podemos ofreceros por el momento:
El rastro de Cameron
La película (que será trilogía) tendrá un coste aproximado de unos 200 millones de dólares que a buen seguro recuperará con creces. El estreno será a nivel mundial el 18 de diembre de 2009. La espectación en Hollywood aumenta cada semana. Todos los estudios miran de reojo el proyecto de Cameron y la Fox al que ven como la única solución posible para recuperar público en las salas. Pero no son los únicos interesados; los directores más influyentes del género también lo están, visitan el rodaje y prueban el sistema RCS, como ya han hecho Steven Spielberg, George Lucas y otros.
¿Es esto bueno para el cine comercial? No lo sabemos, es sencillamente hacia donde se dirige: a partir de estas navidades el cine de entretenimiento seguirá los pasos de Avatar. Para bien o para mal.